lunes, julio 02, 2007

Regina Spektor, Frederic Leighton y Clarice Lispector, el Tondo Doni a Firenze

Pasé una semana de profundo mal humor, mucho trabajo, facultad agotadora y responsabilidades aplazadas (generando más culpa de la que mi cuerpo podía soportar). Llegó finalmente el sábado, día depositario de todo lo bueno y lo bello, de la paz y la alegría. Pero cuando está en poder del mal humor, el sábado sólo puede traer más compromisos y dejar sólo frustración al final de la tarde. A menos que un clic chiquito, chiquitito y por sorpresa te traiga algo bueno.

A la mañana, todavía en la cama empezó a sonar una canción de Regina Spektor por la radio:



Es una canción muy linda, que sin saber de música y traduciendo a pintura definiría como de clave mayor alta, alta por los agudos, que me dan sensación de luz (por algo se llama notas altas y valores altos y alto a la altura, etc) y mayor no por las notas en sí sino por el ritmo que tiene, bien marcado, sincopado diría.

El video está en blanco y negro, con toques de rojo. Pero el sábado para mí la canción era naranja. Será que la canción me gusta, entonces todo se torna naranja. Será por el ritmo marcado, por el naranja, porque la estaba pasando bien, me acordé de un cuadro que me encanta:


El cuadro está en la tapa de un libro de Clarice Lispector, una escritora brasileña con una historia muy dramática y una escritura con un ritmo muy marcado y una estructura muy vueltera, "femenina", me dijo el chico de la librería con el hablamos de ella, "neurótica", le dije yo. El tema es que ese día charlé un rato en esa librería en la que me tratan tan bien, del cuadro, de la escritora, de las mujeres, de la neurosis, de las mujeres neuróticas y me fui, feliz, con el libro que había comprado (no el de Lispector con la tapa de Leighton).

Habrá sido el naranja, o el cuadro que amo, o la clave alta del cuadro naranja que amo, pero mi acordé también del Tondo Doni, de cuanto me gustó, de cómo me sorprendió cuando parecía que ya nada me podía sorprender y me hizo ese clic chiquito, chiquitito que te trae algo bueno.

2 Comentarios:

Blogger bb dijo...

Vos te vas a reir Laurita mia... pero o es el espíritu paranoico-crítico del bienamado salvador dalí y los surrealistas, o creemos en casualidades ("causalidades" diría Jorge Luis...) o vamos a tener que creer en brujas (que las hay las hay)...
Leía tu bello relato de coincidencias y te cuento que ese cuadro que siempre me fascino... lo conocí en.. la depiladora! la primera vez que concurrí a probar las delicias de la cera... verás todo tiene que ver con la femeneidad, con el naranja, con el fuego pasión que por cierto derrite a su paso.. eso nomás... y no sé porque... siempre asocié a Miguel angel con el naranja... ah si, por las tortugas ninjas! jua beso. bren

2:28 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Laura, no te parece sorprendente el parecido fisico entre Clarice y Regina?
A.

3:48 p. m.  

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