jueves, agosto 22, 2019

A proposito de Comentarios

Hace muy poco me toco ser testigo, por no decir participante, de una conversacion que derivo en temas de seguridad ciudadana y luego, política e historia reciente. El detalle es que la conversación no se dio en un café, ni asado, ni cola de colectivo; se dio en mi oficina (la querida enlaofis) y las personas involucradas me superaban en jerarquía, por lo tanto, las opciones se reducían para mí a las únicas de una subordinada: asentir (estando de acuerdo o no), permanecer en silencio o disentir y arriesgarme a las sanciones del caso.

Desde ya, el tema por un lado (y las opiniones vertidas) y mi cobardía por el otro me llamaron al silencio.

¿Cómo es eso de que si yo hablo de mal de las fuerzas de seguridad hago política y una persona que defiende a los militares no?

Entiendo que esa chica y yo no hayamos vivido los años 70, acepto que crecimos a años luz de distancia ideológica. Pero hay datos de la realidad. Y además hay respeto, discreción y sentido común; por todos esos motivos yo no me hubiera explayado en su casa sobre mis posiciones, que de por sí no son muy extremas; ella no tuvo esa consideracion. Hubo otros presentes que también guardaron silencio y yo creo lo que me gustaría, que su silencio fue como el mío, forzado y no cómplice.

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